miércoles, 18 de septiembre de 2013

Montana

Ya antes de salir del Parque Yellowstone uno se adentra en este maravilloso Estado norteño y fronterizo con el Canadá. El viajero que ha probado su quietud encontrará una mezcla de belleza salvaje, patriotismo apasionado y atractivo New Age. Anchos ríos donde pescar con mosca, osos gigantes y cielos infinitos.
Montana es también famosa por sus rodeos. A lo largo del camino entre la salida de Yellowstone y Glacier, recorrimos los valles del Gallatin y Paradise tachonados de Ranchos muy al estilo americano donde solo nos faltó al cow-boy de Marlboro conduciendo a la tropilla de caballos mientras vadeaba un río... el resto es todo exactamente igual para que tengan una idea los memoriosos que recuerden esta publicidad de los '80.
Nuestra primer parada en este camino fue la ciudad de Bozeman, una mezcla de boutique y restaurantes de moda enclavada entre montes y ranchos. Las montañas de alrededor y los varios centros de esquí hicieron que prometemos con Fede el regresar aquí en alguna temporada invernal. Quién quiera acompañarnos será bienvenido, sea esquiando con nosotros o tomando chocolate en el lobby del hotel.
Siguiendo camino hacia "Glacier", nuestro destino inmediato luego de dejar el pueblo de Polson, donde habíamos parado para dormir y aprovisionarnos antes de la entrada al Parque, buscábamos un lugar a lo largo de la ruta donde poder cocinar las hamburguesas caseras que habíamos prometido a los chicos. Siguiendo la ruta que bordea el Lago Flathead por su margen izquierda, con sus increíbles mansiones sobre gran parte de sus 206km de costa arbolada, de pronto se nos presenta un cartel con un símbolo de "pic-nic area". Pegamos volantazo a la izquierda y nos adentramos en un Parque Estatal gratuito, con bajada a la costa del lago, mesitas, baños... todo a lo que ya estamos (mal) acostumbrados en estas latitudes. El lago, con sus montones de peces y truchas saltando, parece un lago de postal. Una vez más nos lamentamos de no tener un bote, o canoa, para disfrutarlo un poco más. El agua cristalina, un muelle donde tirarse y regresar nadando con los barrenadores comprados en Margarita... hasta Fede se construyó su propio bote con tres troncos que flotaban por ahí.
Eden, recorriendo la costa del lago mientras cocinabamos, se encontró con una mujer que le pidió, en inglés, que le saque una foto y a la que Eden respondió con un muy castellano "claro!"... No se pueden imaginar la sorpresa nuestra, y la de Mónica -la otra protagonista de esta historia-, al darnos cuenta que aun en las inmensidades de este país y en lo más recóndito del estado de Montana, tras un arbusto puede estar un paisano esperándote para pedirte que lo fotografíes.
Contar la historia de Mónica merece, de por si solo, una entrada particular y especial, la cual haremos cuando encontremos el tiempo suficiente y la forma de plasmar, con el mayor respeto posible, la historia increíble de esta chica de Bariloche radicada hace más veinte años en USA. Por ahora solo diré que, de llegar un cataclismo de dimensiones planetarias que arrase la vida en la Tierra, Mónica será una de las que logre subsistir....
Luego de compartir mates y charlas durante toda la tarde del sábado, Mónica nos invitó a su casa de Whitefish, distante una hora de donde estábamos.
Nos quedamos en su casa todo el Domingo y todo el Lunes y, reconozco, partimos a la fuerza el Martes ya que los días se presentaban con un clima esplendido y no queríamos dejar de aprovecharlos para visitar Glacier.
Whitefish, y la ciudad próxima de Kalispel, son el principal paso al Glacier National Park. Whitefish es un prospero centro de esquí, con cabañas "ski in-ski out", lo cual te permite ponerte los esquíes en el umbral de tu casa y salir a disfrutar de la nieve de inmediato directo a los medios de elevación.
Mónica nos hizo una hermosa visita guiada por los alrededores de ambas ciudades y nos mostró cosas que no hubiésemos conocido de otro modo.

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