miércoles, 16 de enero de 2013

El Origen de Nuestro Proyecto


La historia comienza allá por 1988, cuando con jóvenes 16 años inicié mis salidas a la montaña de la mano de cuatro compañeros del secundario, habiendo podido convencer a nuestros padres de dejarnos ir por un mes a la zona de los Parques Nacionales de Chubut y Río Negro. Eran épocas sin Tarjetas de Crédito, sin celulares ni Internet. Las comunicaciones se hacían cuando se podían y solo desde dónde había con qué hacerlo...
A partir de este viaje de iniciación surge mi pasión por las montañas y la vida al aire libre... Primero fue asomándome en el trekking...


Camino a Plaza de Mulas - Cerro Aconcagua - Mendoza
...después un poco de ascensionismo de montañas...
Cordón del Plata - Mendoza
...un cacho de andinismo...
Glaciar Horcones Superior- Cerro Aconcagua - Mendoza


Glaciar Horcones Superior- Cerro Aconcagua - Mendoza
...tres temporadas en los Hielos Continentales...






...escalada deportiva de la mano de un amigo...





...y, por qué no, un poco de oligárquico esquí (pero sin alojamiento de hotel)...


Fueron años felices (muy felices) donde mi única preocupación era decidir dónde me iba y por cuánto tiempo lo haría en función de solo tres variables: días de vacaciones disponibles, plata ahorrada destinada a ser gastada, fechas de exámenes de la facultad... Simple y sencillo. 
Pero la felicidad nunca es eterna, y la sencillez del mundo de un humano masculino se empezó a complicar cuando ella apareció en mi vida... Marisa Cecilia (con todos sus variantes, apodos y/o sobrenombres: Malke, Mijal, Malkechuchu, ahora más bien devenidos en Ma o Mami...)






De nada sirvieron nuestros dos viajes al Sur para convencerla de las bondades de vivir en esos paradisíacos lugares... de poca utilidad fueron los paisajes nevados, los lagos planchados como espejos, el silencio de los bosques... "Acá no me traés ni loca". Fin del asunto.

Cual libro de cuentos en donde uno puede elegir su propio final, la vida me ponía en la triste disyuntiva de qué hacer: tómame o déjame. 
Débil es la carne... y los bueyes bien saben que no son ellos los que con más fuerza tiran.
Freezados momentáneamente los viajes de aventuras con el devenir de los años  la cosa no hizo más que ponerse espesa... bien espesa.

Primero vino una...



...y después vino otro...


Acorralado entre mis sueños incumplidos de poder vivir en otro ámbito que el urbano y la realidad de las obligaciones familiares solo me quedaba una alternativa posible para aunar a mis dos grandes amores sin tener que resignar a uno u otro... tenía que buscar el auto-convencimiento. Debía de poder lograr que no fuese una imposición una mera imposición de egos sino que surja del resultado de una decisión natural y consciente. 
Despacito y con paciencia había que poder lograr insertar el bichito del amor por la Naturaleza buscando situaciones placenteras y evitando las grandes experiencias traumáticas para no involucionar en la toma de decisión...

Empezamos con las Sierras y con muchas caminatas... 






...Fuimos un poco más allá con las Montañas...




...conocimos Refugios y Parques Nacionales...