Monte Rushmore:
Como si surgieran de la montaña o fueran tragados por ella,
los rostros de piedra de los presidentes Geroge Washington, Thomas Jefferson,
Abraham Lincoln y Theodore Roosevelt, de 18 metros de altura, fueron tallados
con granito de las Black Hills por el escultor Gutzon Borgblum entre 1927 y
1941. Una avenida, con las banderas de los 50 estados, precede el ingreso al
monumento. Uno se siente abrumado ante el tamaño de la obra y por el esfuerzo
físico del equipo que lo creó.
Visitamos el Monte ingresando por el camino de las banderas
y sacando las fotos típicas de la vista de las esculturas. Después recorrimos a
pie el Presidential Trail, que es un camino que sube hasta el pié del monumento
y pasa por el estudio del escultor. En el estudio estaban dando una charla
explicativa de cómo habían sido creadas las esculturas, y de qué forma se las
habían ingeniado para ejecutarlas, pero la charla estaba –obviamente- en inglés
y no pudimos aprovecharla demasiado…
Black Hills:
Esta impresionante región, situada entre la frontera de
Wyoming y Dakota del Sur, se destaca por los cañones cubiertos de árboles y sus
picos de más de dos mil metros. El nombre de “Black” (negras) es por las oscuras
laderas cubiertas de pinos.
La mayor parte de los sitios de interés de las Black Hills
está en el “Black Hills National Forest”, donde se mezcla el bosque protegido,
las áreas aptas para la tala y zonas de propiedad privada.
En este hermoso bosque, que no tiene categoría de “Parque
Nacional” por una mera cuestión de que antes fue declarado “Bosque Estatal”,
nos quedamos unos tres días recorriendo senderos y visitando lagos de la zona.
Vimos venados y pasamos unos muy tranquilos días durmiendo en las Rest Areas
que están por aquí. Las caminatas que hacíamos eran de unas tres horas cada
una, aproximadamente 5,5 a 6,0 millas (unos 9 kilómetros).
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