Hemos disfrutado de su naturaleza, de sus playas y su gente. Adiós al Mar Azul, a las empanadas del desayuno, las caminatas por La Caracola, los asaditos y mateadas en lo de los Tarifa, las películas en el Costa Azul, las pileteadas con los compañeros de las escuela, las charlas inagotables con los venezolanos.
Hemos descansado y recuperado fuerzas para seguir nuestro camino.
Gracias Margarita por todo lo que nos has dado y enseñado... ¡ojalá podamos volver a verte ya repuesta y a su pueblo más contento y orgullosos de su país!.
Nos quedó lugares por descubrir... esperamos pronto poder retornar.
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